AVES

Águila Perdicera

Su envergadura alar es de unos 170 cm, y es más delgada y de patas y cola más largas que las águilas auténticas. En el primer año de vida tienen el dorso pardo oscuro y el vientre marrón óxido claro u oscuro. En vuelo se aprecia una faja longitudinal en las caras inferiores de las alas. Las aves adultas permanecen siempre en zonas montañosas con árboles en crecimiento o monte bajo en climas desérticos o semidesérticos. Las aves jóvenes se desplazan, prácticamente, en todas las direcciones, incluso dentro del continente. Desde el punto de vista biológico de la nidificación, el águila perdicera se comporta como una auténtica águila. La pareja posee dentro de su territorio, que nunca abandonan, varios nidos que a lo largo de los años utilizan sucesivamente. Lo normal son los nidos en las rocas, pero también en los árboles. Mientras la hembra empieza a incubar los dos huevos en febrero o marzo, y cuando da calor a los pequeñuelos, el macho se encarga de acarrear los alimentos hasta el nido. Sólo después de cuatro semanas los pequeños se quedan solos en el nido todo el día. En junio emprenden el vuelo de la emancipación. El nido es adecentado cada día, mientras dura la incubación, mediante el aporte de ramitas tiernas. Se alimenta principalmente de pájaros, pero también come reptiles y mamíferos hasta el tamaño de la liebre.