SIERRA DE HORNACHUELOS

Encina

La encina es uno de los árboles más representativos de España por sus características especiales, como su fruto, y su resistencia a las condiciones climatológicas extremas. La encina es un árbol de la familia de las fagáceas, perteneciente al orden Fagales donde se agrupan alrededor de 670 especies. Su nombre científico es Quercus ilex, aunque se le conoce popularmente como carrasca, chaparra o chaparro. Se caracteriza por contar con una gran copa, con forma redondeada, y unas hojas muy frondosas que lo hacen un árbol ideal para dar sombra. En su conjunto, la encina puede llegar a alcanzar los 25 metros de altura. Las ramas de la encina son similares a unos brazos extendidos sobre la tierra. En sus ramificaciones, crecen unas vistosas flores unisexuales de color verde amarillento y hojas perennes, es decir, se mantienen durante todo el año. Este árbol posee un tronco ancho y grueso con una corteza agrietada de color grisáceo. La floración de la encina suele tener lugar entre los meses de marzo a mayo, pero si la temperatura alcanza los 20ºC puede llegar hasta junio o julio. Una de las peculiaridades de esta especie es que es monóica, es decir, coexisten ambos sexos en sus flores. Su reproducción suele ser por semilla, a través del cultivo, o por los brotes de la raíz, capaz de adaptarse fácilmente a cualquier tipo de suelo. El fruto de la encina es la bellota. Esta es un fruto seco, con una sola semilla, y que presenta en su base los peculiares cascabillos. La bellota sirve de alimento a los cerdos, y así se producen los mejores jamones; pero también se alimentan de ella las perdices, los conejos, los patos y las palomas torcaces, que recorren miles de kilómetros para ir a por ellas cuando empiezan a caer de las ramas. E incluso las personas, ya sea asadas o crudas; también se pueden aprovechar para elaborar harina y pan. Este fruto suele recolectarse durante los meses de octubre a diciembre. Sin embargo, este árbol da sus frutos a los 15 o 20 años de vida.

Además de por su fruto, la encina es preciada por su madera. Esta especie arbórea es una de las más distribuidas de la Península Ibérica y las Islas Baleares. En España, se estima que esta especie arbórea ocupa cerca de tres millones de hectáreas repartidos por todo el país. Es el árbol más característico del clima mediterráneo y suele asentarse sobre suelos frescos o secos de hasta 1.400 metros de altitud. Como característica especial, este árbol es resistente a la sequía, la contaminación y las temperaturas extremas. Las encinas suelen mantenerse en dehesas y su fruto suele servir como alimento para el ganado. Los bosques formados con este tipo de árbol, que suele mezclarse con otras especies como el pino o los enebros, son el mejor hábitat para la fauna mediterránea. Al igual que otros árboles, una de sus características esenciales es su contribución a la lucha contra el cambio climático, pues absorbe dióxido de carbono y produce oxígeno. A pesar de no ser uno de los árboles que más CO2 capturan, la encina adulta puede capturar unas cinco toneladas de CO2 al año. Las encinas son árboles con gran resiliencia, por lo que llegan a vivir muchos años hasta en terrenos donde otros árboles no subsistirían.