SIERRA DE HORNACHUELOS

Palmito

Se trata de un tipo de palmera arbustiva de entre 1 a 4 m de altura, ramificada desde la base o a veces con tronco único. Las hojas, de unos 50 a 80 cm de diámetro, son palmeadas y divididas en numerosos folíolos (pequeñas hojas), grisáceos o verde azulados, duros y terminados en ápices divididos en dos. Los peciolos de las hojas, están recorridos en toda su longitud por espinas rectas de unos 2 o 3 cm de largo, de color amarillo. Es una especie dioica (ejemplares masculinos y femeninos separados). Las flores aparecen en grupos (inflorescencias), de entre 15 a 20 cm de largo, nacen al final de los troncos, entre las hojas. Produce pequeños frutos carnosos, redondos, de color verde inmaduros tornándose rojizos a negruzcos al madurar. El hábitat típico de esta especie es en zonas secas o áridas muy soleadas. Es indiferente al tipo de suelo pudiendo crecer en zonas muy rocosas o arenosas. También resiste los ambientes cercanos al mar con vientos salinos, pudiendo colonizar desde dunas y playas de arena, hasta zonas de acantilados y pedregales costeros. Sus formaciones se denominan palmitares y habita desde el nivel del mar hasta los 500 m de altitud. Dadas las condiciones, a veces extremas, en las que vive esta planta, está muy adaptada a soportar largos periodos de sequía y fuertes vientos, por lo que es una planta muy flexible y con un sistema de raíces muy desarrollado. Dada la forma palmeada de sus hojas, son capaces de condensar la humedad ambiental y convertirla en agua disponible para ser absorbida. Su principal forma de reproducirse es vegetativa, a través de sus rizomas que adquieren un gran desarrollo subterráneo. Las hojas son muy fibrosas y de ellas se extraen unas hebras denominadas ‘crin vegetal’, que se usan en la confección de cestas, cordeles o escobas. Las yemas de las hojas, la médula de sus tallos y la hoja modificada (espata) de la inflorescencia, cuando son tiernas, se pueden comer frescas o en conserva.